martes, 27 de julio de 2010

Un ratón en el tejado

Lo veo por mi ventana; está duro, podrido y pegoteado. Un ratón en el tejado.

Murió hace varios meses, quizá de viejo, quizá de enfermo. Su particular aroma se expande por mi habitación cual veneno de serpiente inyectado en cuerpo humano. Un ratón en el tejado.

Gusanos nunca he visto, moscas tampoco. Tan sólo un par de aves que picotean amablemente sus acuosos ojos, como diciendo “mira qué hermoso ratón, qué amable es”, mientras chorrea un líquido extraño por sus pequeñas cuencas. Un ratón en el tejado.

Está pegado, adherido a la superficie sobre la que le dijo “adiós” a la vida. Bueno, tal vez no fue un adiós, sino un “squik squiffen”. Como sea, parece un moco. Un ratón en el tejado.

Dedicado a todas aquellas personas que me dieron la confianza suficiente para abrirme camino en el maravilloso mundo de la poesía y la prosa. Gracias ratón por existir…o haber dejado de hacerlo. Los amo a todos.

1 comentario:

  1. Cuando fui a cantar cantar, me encontré un ratón ratón, le pedí papel papel, y el tonto ratón ratón ♫

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